jueves, 7 de enero de 2016

Ender el xenocida // Orson Scott Card (1991)

«¿Cómo se las arreglan estos humanos para empezar con tanta inocencia y acabar siendo al final los que más sangre tienen en las manos?».

Desde que la afición por la lectura arraigó en mi con cierta consistencia he estado buscando libros novelados que desahoguen mis inquietudes biológicas. Ya sea con un protagonista biólogo, que no médico, ni ingeniero científico, ni naturalista amante de los animales o con una trama que tocase aspectos o temas relacionados con la biología, mi búsqueda hasta el momento ha sido bastante infructuosa. Mi sorpresa llegó cuando después de leer El juego de Ender de Orson Scott Card y decidir seguir con la saga, tanto el segundo libro La voz de los muertos, como Ender el xenocida que hoy os reseño, contienen bajo mi punto de vista una nada desdeñable carga o base biológica.

La historia de este tercer libro continua con Ender donde quedó en la anterior entrega, en Lusitania, un excepcional planeta muestra de que la convivencia entre especies alienígenas es posible. El problema reside en que una de esas 3 especies, los nativos del planeta, necesitan de la deslocada, un virus altamente agresivo y devastador, para sobrevivir y completar su ciclo de vida. De esta manera lo que para unos es simplemente parte de su forma de vida, tanto para los humanos como los insectores (la tercera especie del planeta) supone una potente arma biológica capaz de exterminarlos por completo. Así pues ante la amenaza de que la deslocada consiga abandonar Lusitania, el Congreso Estelar decide anticiparse enviando una poderosa flota a Lusitania capaz de aniquilarla con un sólo disparo.

Y hasta ahí puedo leer. La trama como veis, poco tiene que ver con el primer libro, El juego de Ender, y aunque mantiene al personaje principal con su profundo sentimiento de arrepentimiento y su constante lucha interior en pos de compensar los daños que causó, el protagonismo de Ender decae considerablemente, pasando de eje central a simple excusa que ya ni siquiera sirve de unión para el resto de personajes. Eso unido a las arduas reflexiones sobre religión y filosofía futurista, hacen que a veces, en novelas tan extensas como esta, se pierda un poco el hilo o el interés si no se intercalan acciones más dinámicas. Menos mal que para mi gusto Card adereza de vez en cuando la trama con toques biológicos que en mi caso me han servido para lidiar con las largas diatribas religiosas o filosóficas.

Tengo que confesar que a pesar de esa dosis biológica, empleada aceptablemente dentro de los límites conceptuales de O. S. Card, esta entrega es un poco bastante más floja que la anterior. Si bien es cierto que esclarece muchos frentes abiertos y ayuda a atar ciertos cabos, la falta de originalidad, que no la falta de novedades, hace que Ender el xenocida sea la entrega más plana y monótona de hasta la fecha, y aunque hacia el final adquiere velocidad y ritmo, cuesta adaptarse a ello durante tantas páginas. Es lo que creo que ocurre en todas las sagas, el autor necesita un libro de transición y de asentamiento. No obstante hay que recordar que sigue siendo parte de una saga increíble y la historia en si, aun sin los premios que consiguieron sus predecesoras, continua atrapando.


Fd: El lector Invisible
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